20 de enero de 2012

Una estrella que se apaga

       El 2012 llega a mí con más dolor del esperado. He perdido a un ser humano excepcional. Era como un abuelo adoptivo para mí. En el 2004 yo perdí el mío por las mismas razones, le falló el corazón. Hoy me siento más que unida a esta familia porque sufro con ellos la pérdida de uno de los dos pilares de su hogar. Me reconforta saber que ahora descansa en paz, tranquilo, junto a otros seres tan queridos que he perdido. Espero que se encuentre a mi abuelo y le diga que me conoció. Recuerdo que en una ocasión se lo comente y me alegraba ver en el muchos gestos y pensamientos del mí. Hoy habrá fiesta en el cielo, otro ángel ha llegado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario