23 de diciembre de 2011

La pesadilla de comprar regalos

        Es mi primer año donde decido hacer una lista y reconocer a todo aquel ser humano que de una manera u otra componen gran parte de mi vida. Lo cierto es que aunque un poco tarde, decidí visitar las tiendas en busca de ese detalle para esas personas tan especiales en mi vida. Mi experiencia fue todo un caos. Desde llegar, conseguir estacionamiento, luchar entre tanto “rack” de ropa y por fin hacer una fila kilométrica para pagar. La realidad es que esta época navideña me ha dejado un tanto histérica. Resulta que cada vez que digo: “ok, creo que ya tengo todo”, llego a mi hogar y recuerdo que aún me faltó algún regalo, envoltura o caja.

          En mi segundo intento de comprar, fui un poco mas tarde. Las tiendas estaban igual de llenas y las filas cada vez llegaban mas a la puerta trasera de las tiendas. Admito que no me imagino como es el dichoso “Black friday” o viernes negro – negro porque ese día representa la cumbre del consumerismo y capitalismo. Las tarjetas de crédito se desangran esos días y hasta el gobierno confabula para darles su bono de Navidad antes de este tan esperado viernes.

          Hoy jueves 22 de diciembre, fue mi tercer intento por concluir mis compras navideñas. Esperando por un estacionamiento veo este vehiculo que esta esperando con señal puesta. La señora que esta frente a mi le hizo un pequeño y notable corte de pastelillo como llamamos los puertorriqueños a aquel que te pasa sin señal y le roba el estacionamiento al don que estaba esperando. Mi expresión lo decía todo. Yo me encontraba en mi estado catatónico porque para decir la verdad nunca había experimentado dicho evento. El señor se detiene, deja su auto con puerta abierta y se dirige a la dama. Al parecer el insistió de tal manera que la doñita saco su vehiculo. Entre tanto lío e insistencias ya me había estacionado cuando ambos entraron a la tienda.

Moraleja: No por mucho madrugar, amanece mas temprano. Yo debí hacer mis compras con tiempo. La realidad es que disfruto de llegar temprano a las tiendas para encontrarlas recogidas y vacías. De esta manera puedo hacer las compras con calma y paciencia… sin ajoro!

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