9 de octubre de 2011

Raíz dicótoma


       En la vida todos sufrimos las despedidas y en especial, aquellas que son obligadas e irremediables por que nuestro cuerpo ya no da mas. A mis 23 años he vivido varias ocasiones este tipo de despedida, la obligada, la que no nos queda mas remedio que aceptarla o aceptarla. Hace unos meses, ya pronto a cumplirse el año perdí un ser querido muy especial. Vivía con su esposa quien es mi tía y dos gatos. En el momento del suceso, no pude razonarlo. Mi mente no comprendía lo que recién había ocurrido.
       Sin embargo, cuando tuve la oportunidad de viajar a verlos comencé a sentir ese vacío. Entendí que ya no estaba. Que ya no iríamos a correr bici, que ya no habría “hotdogs y hamburgers al grill”. Tenía el pecho apretado como decimos los puertorriqueños. El comprenderlo me tomó mas de las dos semanas que pase junto a mi tía. Cada día desde el primero pensaba en cuando regresaría, cuando iba a volver, en fin no me la creía. Mi percepción de lo que es vivir cambio totalmente a partir de este momento. Ya de regreso no veía las cosas igual. Regresé a Puerto Rico con una mentalidad distinta. Comprendí que había que amar la vida, vivir cada día, gozar y disfrutarla como si no hubiera mañana. Fue entonces cuando decidí reanudar todo aquello por lo que me había estado resistiendo. Una vida junto a ti, compartir contigo, amarte y quererte. Justo cuando comenzaba una nueva vida a tu lado en ese momento preciso donde todo estaba cambiando e incluso hasta comenzábamos a llevarnos bien, todo se fue por la borda.



Si las despedidas obligadas son horribles, peor son las elegidas. Por mas que tratemos de convencer al otro de que se quede, cuando dicen no, es NO. Luego de varios días analizando nuestra situación no encontré mejor evento en la naturaleza como la raíz dicótoma para explicar lo que nos esta sucediendo. Esto quiere decir: el punto donde la raíz se diferencia y a manera de “y” parte de ella se vuelve un tallo y parte permanece siendo una raíz.  Nos diferenciamos y nos separamos. Mi vida sin ti es simplemente un par de electrones que se torna en un par no enlazante. Perdí mi carga, pero no mi energía. Así como podemos vivir con un pulmón o con solo un riñón seguiré mi búsqueda, seguiré mi camino. Gracias por todo aquello que vivimos y por todo lo que nos resta vivir.

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