27 de octubre de 2011

[I]rreversible


        Hoy es miércoles 12 de octubre de 2011, día de Colón para algunos, día de la raza para otros. Me encuentro un tanto preocupada, un tanto asustada. Resulta que hoy justo cuando me encontraba haciendo mis tareas, mi Chat comenzó hacer sonidos desesperadamente. Entonces pensé que es cierto lo que dicen, cuando mas ocupado uno está, es cuando mas lo procuran. La raíz del problema es que era nada mas y nada menos que la ventana con el nombre de mi expareja. Increíble, pensé. Se acabará el mundo hoy y tendré que decirle a todos mis seres queridos cuanto los extrañaré.
        Me resulta irónico partiendo de que el y yo no hablábamos desde febrero. No es que me importe tampoco, pero si me sorprende. Como nunca he sido la típica persona que le guste ignorar a los demás, decidí hablarle. Todo comenzó con un hola. Muy cordial continuo con las preguntas de rutina, ¿cómo estas? ¿qué es de tu vida? ¿te graduaste?  y ¿cómo esta tu familia?. Según decía cada pregunta rutinaria, le contestaba con mis respuestas rutinarias, todo esta muy bien, gracias por preguntar.
Como todo aquello que nos llega  en la vida sin que la busquemos, el hablar con alguien de tu pasado pues es como revolcar el polvo que estaba asentado en el suelo. Resulta como algo un tanto desagradable e incómodo el cual a veces es mejor simplemente que no ocurra. Luego de unos segundos me encontraba haciendo ideas o simples pensamientos sobre que hubiera sido si aquel verano de 2006 el no hubiese terminado conmigo. De repente pensé en que quizás seguiríamos juntos, quizás estaríamos planeando una boda o mejor aun quizás estaría planeando la llegada de mi primer hijo.
       Es increíble el poder de la palabra y como un simple hola, ¿cómo estas? puede cambiar tu noche. Siguiente a esa nube de pensamientos, recordé uno de esos consejos de madre que nunca olvidas; en la vida tomamos muchas decisiones, algunas irreversibles. Sin embargo, hay reacciones irreversibles que favorecen mas el resultado. Con el paso de los años veo ese noviazgo como una reacción química, cuando no hay estabilidad entre los reactivos no habrá producto formado. Porque como una buena cocinera un día dijo: el agua y el aceite no mezclan.  

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