Ese momento cuando suena el reloj, son las 5:45 am, abres los ojos y estas segura de que vas tarde. Te diriges al baño, tropiezas con todos los juguetes de tu perro y es entonces cuando por fin te levantas. Cepillándote los dientes recuerdas a un ser, es él, el amor. Comienzas a pensar que lleva años esperando en tu puerta y lo mucho que lo haz ignorado. Fue entonces cuando tu madre toca la puerta “estas tarde” dice. “No me digas…” dices. Entonces sabes que eres tu, la que vuelve a la realidad cuando te escuchas tu sarcasmo y realizas que definitivamente seguías soñando. Te preparas un super to go breakfast y bajas las escaleras que te llevan al auto. De camino al trabajo, la Universidad no sale de tu mente. Llevas muchos días soñando con el, ¿qué pasará? ¿por qué esta sucediendo esto? ¿en serio tienes dudas?
Simple. Lo amas pero sufres. Le hiciste mucho daño. Ahora estas pagando las consecuencias de tus acciones. Cada vez que lo lastimaste, que lo heriste… cada una de esas ocasiones se acumularon y ahora tienes un corazón destruido, lleno de rencor. Entonces, te preguntas ¿qué harás? Sencillo, vas a vivir. Ya cumpliste tu parte de arrepentirte y pedir perdón. Ya fuiste perdonada pero ahora tienes que esperar, tienes que ser paciente, hay heridas que tienen que sanar. Sencillamente vas a caminar por ese pasillo con la mente muy en alto, tu eres una persona muy valiente. Con los años me has demostrado a mí mas que a nadie lo fuerte y persistente que eres. Te preocupa el futuro, lo sé. Tranquila que tarde o temprano llegará todo aquello por lo que haz luchado. Entiende que no es encontrar alguien perfecto, es que veas los defectos y aún así te quedes.
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