25 de noviembre de 2011

Olor a Alcoholado


        Ese olor tan inconfundible y tan distintivo de seres inmaculados que llamamos abuelas. Hoy fui a verte. Hacia mucho que no te veía. Te extrañaba tanto que no importo todas las responsabilidades académicas pendientes, yo necesitaba ver a mi viejita. Tu pelo gris, surcos en la piel representando cada año de vida, y tus manos tan delicadas que con el paso de los años han cambiado tanto por tu artritis. Cuando te ví mi corazón salto de alegría y recordé cuando me cuidabas de niña. Recuerdo que siempre fue la consentida de todos tus nietos y me gustaba por que siempre tuve privilegios con tu nevera, tus dulces y tus juguitos. Me obligabas a comerlos y admito que los comía porque entendía que sino me obligarías de todas formas.
       Al abrazarte te noté mas delgada. Rápido agarrastes tu pote de alcoholado  y comenzastes a frotar tus piernas. Me comentastes de tu dolor en la rodilla y yo solo disimulaba el mío. Siempre había pensado  que me durarías para siempre pero ahora veo que los años han pasado y me reuso a tu vejez. Aún cuando estaba compartiendo contigo me dolió estar lejos de ti y no poder compartir mas. A través de la vida he comprendido que las abuelas son personas sagradas; son ángeles que Dios nos envía a la Tierra para sentirnos queridos y seguros. Abuela, me haz dado un amor incondicional y hoy te quiero dar gracias. Aunque tu pelo cambie de color, tu expresiones se marquen cada día mas y los años hagan surcos en tu piel, nunca dejarás de ser hermosa para mí. Te amo abuela. Tu belleza y particularidad perdurarán la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario